Por Gonzalo Silva
En su campo en Quinta de Tilcoco, Alfredo Carrasco demuestra que no existen barreras cuando hay convicción. Fue hace siete años, mientras practicaba ciclismo de montaña, que un accidente lo dejó parapléjico. Firme a sus convicciones y sus sueños, luego de años de rehabilitación, tomó una decisión que marcaría su vida: fundar “Farm Hability”, el primer campo inclusivo del país.
Su invernadero de lechugas hidropónicas ha sido adaptado por él mismo para ser compatible con el uso de su silla de ruedas. Lo que partió como un pequeño espacio de 270 metros cuadrados, gracias al respaldo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), hoy es una empresa en expansión.
Actualmente, Farm Hability cuenta con 1.050 metros de invernadero, una sala de envasado de 70 metros cuadrados y entregas regulares a Supermercados Cugat. Carrasco no se detiene: proyecta transformar su empresa en un ente comercializador, generando empleo y marcando una diferencia en el agro nacional.
“Se ha hecho un trabajo importante aquí, en demostrar que aún las personas con discapacidad podemos ser productivos en el campo”, afirmó Alfredo, con la misma firmeza con la que ha enfrentado su camino de resiliencia.
Como Alfredo, miles de pequeños productores trabajan día a día en el campo de la Región de O’Higgins. Al respecto, el seremi de Agricultura, Cristian Silva, informó que en programas de riego se destinaron 8.339 millones de pesos a través del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP), beneficiando a más de 3 mil agricultores. A esto, se suman 191 proyectos bonificados por la Comisión Nacional de Riego, que permitieron incorporar 2.879 hectáreas a nuevas superficies de riego, con una inversión cercana a los $16.900 millones.
En paralelo, más de seis mil usuarios del programa PRODESAL han recibido insumos y herramientas, mientras que el Fondo de Inversión de Fortalecimiento Productivo benefició a cerca de mil pequeños productores, con más de $1.200 millones para mejorar su infraestructura.
Otro ejemplo de este impulso son los hermanos Gaona Luciniani, agricultores familiares de Rengo que han visto transformar su producción de tomates. “Hemos surgido mucho con la ayuda del INDAP. Hoy tenemos sistemas de riego, un pozo, invernaderos renovados, parrones bajo malla y una bodega para almacenar los productos”, explicó Cristian Jesús Gaona, uno de los tres hermanos.
La autoridad regional anunció que para el periodo 2025-2026 se proyecta una inversión superior a los 21 mil millones, destinados principalmente a infraestructura de riego y concursos de la Ley de Fomento.
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