Durante la temporada invernal, la productividad laboral puede disminuir entre un 15% y un 20%, según un estudio de Harvard Business, especialmente en contextos donde no existen medidas de contención emocional o esquemas de trabajo más flexibles.
A lo anterior se suma el incremento en las enfermedades respiratorias. Desde el Ministerio de Salud informaron que las licencias médicas por este tipo de patologías aumentan en cerca de un 30% entre junio y agosto, una situación que afecta principalmente a rubros donde el trabajo en terreno es clave, como la minería, la logística y la construcción.
La OCDE también ha advertido sobre el impacto que tienen las condiciones climáticas extremas en el desempeño económico de los países. Entre los factores más sensibles se encuentran la disponibilidad y eficiencia de la fuerza laboral.
En esa línea, desde el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE) señalaron que durante los meses de invierno muchas empresas tienden a postergar o reducir los programas de formación. Esto, aseguran, reduce las oportunidades de actualización de habilidades y desarrollo para los equipos que más lo requieren.